lunes, 1 de octubre de 2007

La sirena

Bastaba con dormir con una pena para que viniera la puta inspiración a recostarse en mi cama. Vino, me hizo el amor, fingió un orgasmo y, después de escribir con rojo lápiz labial en el espejo "Te quiero, no te olvido. Adios", se largó con el primer rayo del sol. Sólo(¿le quito el acento?) desperté, no me levanté, y ya no estaba aquí.
A lo lejos se escucha un gallo saludar al alba. Algunos pajaritos silban en coro, algunos otros contestan en una rotunda orquesta. La canción: "Himno a la mañana que no amanece", ¿cómo hacen las aves para no detener su canto aunque el día se presente oscuro y nublado? Quiero aprender a cantar, a escribir aunque el día nublado me tome por sorpresa.
Estoy confundido, es la cruda resaca de su nocturna compañía. Soñé con el canto mareador de las sirenas, me llevaron a sitios recónditos, tan profundos como misteriosos. Odiseo me advirtió que había sido seducido desde el fondo del mar, demasiado tarde: me lavanté con fiebre, llorando el delirio de alguna alucinación. Algo escribí, algo escribí. No recuerdo, ¿alguna mentira? Y vuelvo a mentir, algo escribí y me he convertido en el enemigo de mis letras que, después de crearlas, voltean, me miran y se burlan de mí en mi propia cara, "¿tú escribiste esto?" Soy el creador burlado, ahora sé lo que siente Dios cuando alguien dice "soy ateo". No, no me arrepiento de lo escrito, lo que escribo se arrepiente de mí y mis letras se ordenan en hilera alfabética mofándose de su creador, "mentiroso, mentiroso, mentiroso... Jáaaaaaaaaaaa", cantan las malditas como si se tratase de una canción infantil. Allá viene la A, mi letra favorita, y me recrimina: "lamento estar en tu nombre, lamento ser la mayúscula en él", se aleja arrebatándose de mi nombre para quitarme la existencia.
Huyo de las tentaciones de sirenas al cantar, huyo aunque me atrapen con sus músicas angelicales. Huyo aunque no pueda escapar: mis versos se detienen encontrando la mentiras que los hacen girar y yo mismo me he convertido en el plagiador perfecto de mis sentimientos. "No hay nada peor que plagiarse a uno mismo" dijo algún profeta tocado por la mano de Dios, me lo repite una y otra vez tras escupirme la cara. Su saliva resbala por mi cara, se confunde con mis lágrimas y termina secandose en la oscuridad de mi barba. Me he plagiado a mí mismo y me he convertido en el artífice de juegos macabros y dantescos, "scrable" juegan las letras que se van formando diciendome cuantas tantas groserías. Juego al "juego de la oca" y la oca, en cada casilla, muerde mis dedos para no volver a hacer uso de mi ingenio. A "serpientes y escaleras", apuesto los milagros escritos en mis manos: por escaleras elevo versos mareados de palabras. Por la ponzoña de las serpientes enveneno a mi amada, serpientes clavan sus colmillos filosos en su cuello, donde alguna vez quise poner besos, mientras yo, siempre tan cobarde, me tapo los ojos con ambas manos... como el niño que encuentra en sus manos los escudos que lo protegen del mundo.
A lo lejos escucho a las sirenas jugar lotería, "cupido", "el corazón", "el fuego", "el catrín", "el cirquero", "la serpiente", "el diablo", "la muerte", "el mexicano" repitieron con lentitud el nombre de cada una de las cartas, como el repique de algunas campanas que anuncian el Aquelarre... Un silencio, "la sirena".... ¡LOTERÍA! gritan todas las brujas a la par, después de azotar una tremenda risotada. Se emocionan al ver al perdedor que ahora se tapa los oídos arrinconado en alguna esquina de la decepción .
"¡La sirena! ¡La sirena! ¡La sirena!, con los cantos de sirena no te vayas a atarantar"... Gritan algunos viejitos, de piel tostada por el sol, bailando entre las piedras. Uno de ellos, el güero, resalta entre todos ellos por su peculiar forma de mover los pies mientras levanta el polvo a cada paso. Me ha mirado, lo he reconocido. Se acerca con violentas zancadas, a un paso de mí arremete con darme una bofetada, enorme y venosa mano de arriero en mi mejilla. Cubro mi cara con los brazos para soportar su enojo pero él, a milímetros del golpe se detiene y palmea mi espalda... "No llores más. Ahora despierta."
Desperté llorando, con fiebre, pero he querido exprimirme. Quiero escribir hasta la última palabra si esto es lo último que ha de ser escrito. Me exprimo los puños y comienzo a parir letras a pugidos. El dolor se manifiesta a gemidos en cada suspiro.
Sigo pariendo letras, moriré desangrado en el parto.

3 comentarios:

A moonclad reflection dijo...

barbaridad...sos un dotado...un abrazo

almassueltas dijo...

Pisciano definitivamente...les brota el arte, que sensación... por eso no contare a nadie mi sueño de hoy, fue tan hermoso que lo quiero solo mio.
un Beshote

UN ENCANTO...DESENCANTO dijo...

Mi adorado y adorable escritor...puta que pariste letras con sangre!!!
Que maravilla tu forma de escribir.
Solo quiero que sepas que entendi tu texto claramente inluso vi algunas frases mias en el.
Te adoro mi niñito bobo...sos un encanto.
(esa en realidad no soy yo? ajajajaj)
Miles de besotes!!!